En la Gran Barrera habitan más de 1,500 especies de peces.
Es el continente más pequeño y uno de los menos habitado de todos, pero no está exento de datos fascinantes. El término “Oceanía” es aún tema de discusiones. Si bien en países de habla hispana se usa para designar un continente formado por Australia y las islas cercanas del Pacífico, en los países de habla inglesa se toma a Australia como un solo continente y a Oceanía como una región que incluye dicho país como continente y las islas del Pacífico. En este caso, se considera que Oceanía es un continente que comprende Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y el cúmulo de pequeñas islas y atolones del Pacífico.
Las masas continentales más grandes e importantes de Oceanía son Australia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea, llamadas islas continentales. El continente cubre cerca del 6 por ciento de la superficie terrestre, con un área aproximada de 8’525,989 kilómetros cuadrados. Las islas se han dividido típicamente en Melanesia, Micronesia y Polinesia debido al color oscuro de la piel de los nativos, el pequeño tamaño de la isla y la cantidad de estas, respectivamente.
La zona sur de la Isla Sur se asienta sobre la placa del Pacífico, pero la mayor parte del continente se encuentra sobre la placa Australiana. El país más grande es Australia, y la ciudad más grande de toda Oceanía es Sídney. Las islas continentales poseen características volcánicas y sistemas montañosos. Sobresale la Gran Cordillera Divisoria en Australia, la cadena montañosa más importante de dicho país. En general, Australia se compone de una planicie seca, desértica y calurosa, con escaso suelo fértil.
Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda tienen un relieve accidentado y de características volcánicas. En el primero, la cercanía con el ecuador, la proximidad de los vientos tropicales y las altas elevaciones favorecen la presencia de selvas, mientras que en Nueva Zelanda pueden observarse glaciares debido a las altas elevaciones y los húmedos vientos fríos, así como fiordos en sus costas. El pico más alto de toda Oceanía, considerando que la parte occidental de Nueva Guinea pertenece a Asia, es el monte Wilhelm, situado en Papúa Nueva Guinea.
Gran parte de las islas de Polinesia y Melanesia son de origen volcánico y se encuentran en el Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico, una franja que bordea las costas del océano y que se caracteriza por una intensa actividad sísmica y volcánica.
Es imposible hablar de las islas del Pacífico sin mencionar la abundancia de arrecifes, atolones y archipiélagos de diminutas islas. La Gran Barrera de Coral es el arrecife más largo del mundo; mide alrededor de 2,300 kilómetros y puede verse desde el espacio.
El clima de Oceanía es normalmente cálido y lluvioso, ya que la mayor parte del continente está contenido entre los trópicos y el ecuador. La temperatura de sus aguas intertropicales favorece la formación del coral.
Se estima que el continente tiene una población aproximada de 36’659,000 habitantes, que se concentran en las ciudades ubicadas a lo largo de las costas del sur y el este, como Melbourne, Adelaida, Wellington y Sídney. Los primeros habitantes, quizá provenientes de Asia, son los llamados aborígenes, cuyos descendientes aún conservan la mayor parte de su cultura ancestral, incluyendo sus lenguas. Solo en Papúa Nueva Guinea, existen más de 860 diferentes lenguas.
La religión dominante es el cristianismo, pero curiosamente, un amplio número de personas admiten no profesar alguna creencia religiosa.
La llanura australiana es hogar de varias especies únicas en el mundo, pero el país es especialmente conocido por sus poblaciones de marsupiales, siendo el canguro y el koala los más famosos. Más allá de estos animales, existen también dingos, wómbats, kiwis y una compleja variedad de seres acuáticos, y es que pese a la aridez de gran parte de su territorio, Oceanía es un hervidero de vida.
El número de especies endémicas es elevado, hecho motivado por el aislamiento geográfico. Los monotremas solo viven en Oceanía. Un 90 por ciento de las especies de peces de las regiones costeras templadas son endémicas de Australia, y aves no voladoras como el emú, el casuario, el rascón weka y el calamón takahe son nativas de Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Australia. Por su parte, las islas del Pacífico alojan más de 25 especies de aves del paraíso.
En la Gran Barrera habitan más de 1,500 especies de peces, y en general, las aguas del continente son visitadas por multitud de delfines, moluscos, crustáceos y tortugas marinas.
En cuestión de flora, el árbol del pan, los cocoteros, el manglar, el hibisco, el eucalipto y la jacaranda son comunes. En Nueva Guinea la selva forma un exuberante bioma, y en otras partes prosperan varios tipos de helechos y musgos.
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